Toxicidad

- Es un fenómeno interesante en el mundo natural. Peces, anfibios y hasta insectos de colores vivos, atractivos a la vista, pero llenos de alguna sustancia que paralizará o matará a sus depredadores. Algunas plantas también usan el mismo mecanismo...

El día en las afueras del instituto se ve fantástico. El sol no es aplastante y todas las plantas están verdes. La sombra que el edificio proyecta es algo extraña: la esfera de la dirección parece ser la cabeza de un observador gigante con una espalda enorme.

- Estas clases son tan aburridas... no entiendo porqué tenemos que estudiar estas cosas que no sirven para nada.

Tres días después de la terapia

He pasado los últimos tres días tendido en una cama, sin poder levantarme excepto para ir al baño.

La terapia fue dura.

Me llenaron los dos brazos de vías intravenosas, y ahora ambos están morados y adoloridos. Tuvieron que actuar así porque no sabían lo que sucedía conmigo. No sabían qué me inyectaron el momento del ataque. No podían deducir si era una neurotoxina, un virus o cualquier otro compuesto igual de dañino. Habían momentos en los que mi cuerpo ardía de fiebre y otros en los que se llenaba de escalofríos. Vomitaba todo lo que comía y cuando probaba algún líquido me sabía a azufre. Eso sin contar que mi cuerpo temblaba la mayor parte de tiempo y que mis brazos o piernas se paralizaban de rato en rato.

Llamada no bienvenida

Más de medianoche.

Mi celular suena insistentemente... ¿porqué no lo apago para dormir?

Espero a que la llamada se corte por sí sola. Pero luego de unos segundos vuelve a sonar.

Una parte mía me dice "contesta, podría ser una emergencia" y yo le respondo "si fuera una emergencia familiar, llamarían a la casa, y tengo pocos y bien seleccionados amigos, ninguno de ellos se metería en problemas a estar horas del día, al menos no en problemas en los que yo podría resultar útil".

Ese olor que casi se me había olvidado

¿Qué es eso?

Es etéreo y fugaz. Se escapa entre las corrientes de aire de mi habitación. Lo sentí por apenas un instante pero hizo que un escalofrío recorriera mi espalda.

Nunca pude describir ese olor las otras veces que lo olí. Parece una mezcla de varios olores. Tal vez cenizas con algo cítrico, no sé. O humo de cigarrillo mentolado con betún de zapatos.

Él estuvo aquí. No hay duda de eso.

Me levanto de un salto antes de que el olor desaparezca en lo profundo de mi memoria. El pasillo está oscuro a esta hora, al igual que el resto de las habitaciones.

Tu Secreto Estará Bien Guardado

- ¿Eres buena guardando secretos?
- Sí, tengo muchas amigas por eso.
- ¿Guardar secretos es la clave para tener amigos?
- No necesariamente. Hay mucha gente que es bocafloja y sin embargo tiene un montón de amigos.
- ¿Entonces qué tiene que ver son tus amigas?
- Que si fuera por ahí soltando sus secretos, seguramente me dejarían. Aunque me conseguiría otras amigas, si eso llegara a suceder. Es horrible andar solo por el mundo. Ahora bien, no creo que tu pregunta haya sido en vano.
- No, hay algo que me gustaría confiarle a alguien.
- Confía en mí, tu secreto estará bien guardado.

La Mujer Que No Podía Hablar

Ella siempre estuvo en la familia desde que tengo recuerdo.

La primera vez que la vi estaba sentada en el patio, mirando las flores que mi abuelo cuidaba con un gesto muy triste en el rostro. Yo no tendría más de cinco años y me quedé a unos metros, observando, sin atreverme a dar un paso hacia ella. Sin embargo, la curiosidad pudo más. Me acerqué y empecé a hablarle. No recuerdo qué le dije, pero seguramente le pregunté qué hacía sentada en el patio donde yo jugaba, de dónde había salido, cómo se llamaba. Seguramente le hice las preguntas que un niño pequeño le hace a alguien que ve en la casa de su familia.

Ella me miró a los ojos y sonrió débilmente. Chasqueó los dedos y una de las ayudantes de la casa salió al patio. Antes de que pudiera hacer nada, me tenía agarrado de una mano y me arrastraba de vuelta a la casa, mientras la mujer se despedía agitando la mano.

21 Espejos

- Originalmente, el Sol y la Luna debían brillar juntos en el firmamento.

El anciano sale sorpresivamente de su sopor y empieza caminar por la habitación. Con una energía extraña en alguien de su edad, abre las cortinas del enorme ventanal que da hacia el patio.

El cielo está teñido de un rojo muy suave. El sol aún no se ha terminado de esconder en el horizonte. Un par de aves pasan volando rápidamente, seguramente se dirigen a un lugar donde dormir.

- El Sol y la Luna son hermanos, verás. Al inicio siempre competían para ver cuál de los dos salía más temprano para animar al mundo. Esos días eran muy intensos, dos globos incandescentes nos iluminaban y todo parecía ser más rápido, más liviano.
- ¿Y qué pasó? ahora nunca salen juntos... a menos que haya un eclipse.

Cartas Negras

Había sido una noche aburrida. Dormí pesadamente y al abrir los ojos no recordaba haber soñado en lo absoluto.

Aún es de madrugada pero mi cuerpo ya quiere salir de la cama. Automáticamente salto de la cama y agarro una toalla.

Me acerco a la puerta descalzo, sintiendo el alfombrado de la habitación meterse entre mis dedos. Como si quisiera detenerme.

El pomo de la puerta está helado. Tanto que al tocarlo siento una punzada de dolor en las yemas de los dedos. Algo dentro mío me dice que vuelva a la cama, que regrese entre las sábanas para acurrucarme hasta que sea una hora más decente.

Giro el pomo y jalo la hoja de madera. El pasillo está iluminado por una luz muy tenue.

Saco la cabeza y volteo a ambos lados. Es mi forma de asegurarme de que es seguro avanzar.

Hay alguien esperando frente a una de las puertas.

Ruta de Escape

- Jamás es una buena idea cerrar todas las puertas, ¿sabes?

Es una de mis clásicas crisis de no-quiero-ver-a-nadie. Él está del otro lado de la puerta de mi habitación. Puedo escuchar que en el pasillo hay mucha gente pasando, seguramente ya de regreso a sus dormitorios para dormir.

Hace un buen rato que él está parado del otro lado. No parece tener intenciones de ir a su propio dormitorio o de ir a cenar.

¿Cuánto tiempo ya ha pasado? ¿Como dos horas?

Damas Negras

- ¿Recuerdas esos juegos de ajedrez a tamaño natural?
- Sí, con las fichas muy grandes para que los niños se diviertan con ellas, en los parques.
- ¿Y recuerdas los que son de personas de verdad?
- No, nunca ví algo así.
- ¿Nunca viste "La Loca Historia del Mundo"? Es un clásico.
- Nuestros gustos con distintos, lo que para tí es un clásico, para mí es una rareza.
- Bueno, en la película esa se supone que el Rey de Francia, Luis no-sé-cuánto, es tan pero tan déspota que tiene un montón de gente en un tablero de ajedrez gigante, cada uno vestido como una ficha de ajedrez distinta. Y él y otro personaje ridículo andan gritandoles a dónde moverse. Al final ordena que todos se le tiren encima a la reina blanca.

Héroe

Él nunca quiso ser alguien importante. Jamás se imaginó al frente de miles de personas, simbilizando una causa y encarnando un ideal.

Pero ya es demasiado tarde para retractarse. Está al frente de un pueblo que lo venera y respeta, que sólamente puede ver a un brillante salvador bajo una pesada armadura. Y a su lado, firmes ante la batalla que se aproxima, hay un selecto grupo de caballeros dispuestos a entregar sus vidas por él.

Él aborrece la escena.

Péndulo de Madera

- Ya no eres el mismo de antes.

Un *cling clang* suena luego de esa afirmación, como respaldándola.


- Nunca somos los mismos, ni siquiera por dos segundos seguidos. Que vamos a decir de tanto tiempo.

*cling clang*

Me acomodo mejor en el sofá en el que he despertado. Mi interlocutor me mira con una expresión extraña en el rostro. ¿Odio? ¿Amor? ¿Tristeza?

*cling clang*

Las ventanas de la habitación dejan entrar una luz pálida. La habitación parece no tener focos o lámparas. La única fuente de luz son esas ventanas. Son ocho en total, cada una en una pared.

*cling clang*

- Éste es uno de esos lugares que no debería existir, ¿verdad?
- Y sin embargo existe.

Huesos de Cristal

- Creo que es el alma la que tiene los huesos de cristal.
- ¿Es todo lo que se te ocurre?
- Sí.

Luego de varias horas y muchas tazas de café es lo único que se le ocurre al escuchar esas tres palabras. Nada más. Es algo decepcionante. Esperaba algo más rebuscado, algo casi científico, algo como "sabes, el otro día escuché que están haciendo implantes de cristal para reemplazar tejido óseo". Pero no, tiene que salir con eso del alma otra vez.

El que nunca estuvo

Él nunca estuvo a mi lado. No, sí estuvo, pero no de la forma que me hubiera gustado.

Él nunca me miró a los ojos compasivamente y compartió un instante conmigo, y aún así me llamó "amigo"... dejé de entender lo que es amistad a partir de ese momento. ¿Es un chiste? ¿Es una mentira? Como cuando te dicen que los bebés vienen de París, que Papá Noel existe o que tu perro se fue a vivir al campo.

Lazos

Creo que alguna vez conocí a alguien, en algún lugar, en algún momento.

- Los lazos están sobrevalorados. Al igual que muchas otras cosas en el mundo, se nos intenta convencer de la idea de que son absolutamente necesarios para una buena vida.
- Somos seres sociales, nuestra evolución nos hizo así. Necesitamos relacionarnos con otros, necesitamos de los lazos para vivir en paz y armonía.
- Yo desprecio esos lazos.

Todo rastro de serenidad abandona su rostro por unos instantes. Pero luego vuelve a esa calma forzada, como si fuera una de esas muñecas de porcelana en una estantería empolvada.

Insomne

- Él nunca duerme.
- Talvez duerme cuando no lo ves. Talvez duerme cuando tú también duermes.
- Imposible. Él mismo me ha dicho que no duerme.
- ¿Nada de nada?
- Ni una pequeña siesta.
- Ya estaría muerto. Es imposible para un ser humano no dormir.

Volteo a verlo. Está sentado a unos metros, frente a su computadora. Se ve tan normal como siempre, es decir, parece relajado pero la tensión de su espalda y cuello revela que está muy alerta a todo.

- Estoy seguro de que él no duerme.

Amnesia

- Un hombre sin memoria es tan peligroso como... no tengo nada en mente con qué compararte, pero creo que entiendes mi punto.

El cañón de su arma me está apuntando directamente a la cabeza. No está lo suficientemente cerca como para desarmarlo, pero tampoco lo suficientemente lejos como para evadir el disparo.

- Vamos, ¿ni siquiera vas a intentar escapar? Tú eras excelente escapando.

El hombre me habla como si me conociera. Recuerdo haber visto su uniforme en algún lugar antes e incluso podría decir que he visto su rostro mil veces antes. Pero no puedo conectarlo con algo, con una palabra, con un concepto, con un lugar, con un nombre.

Clavos

- Son un recuerdo extraño.
- No creo poder calificar un recuerdo como "extraño" o "normal". Son simplemente recuerdos, nada más.

Sobre la mesa de noche hay un pedazo de tela blanco y arrugado. Y sobre él un par de clavos algo gruesos y ligeramente negreados. La mujer toma uno de los clavos con una pinza y lo empieza a ver de cerca. Lleva en el rostro la misma expresión de una mujer creyente al contemplar una reliquia sagrada.

Cenizas

Las gradas se convierten en pasillos, y los pasillos conducen nuevamente a gradas que siguen descendiendo más y más. Las paredes de piedra adquieren un aspecto frágil al ser iluminadas por las lámparas que cuelgan del techo. El Director no suelta mis brazos ni por un instante, puedo sentir sus dedos como garras aún a través del uniforme. A ratos siento que trastabillo en el sinuoso camino que me obliga a tomar.

Llegamos a un pasillo completamente diferente del resto. Su piso es de mármol y las paredes están cubiertas por fragmentos de piedras negras que asemejan vidrio molido, centelleando bajo un techo completamente iluminado.

Con la mano que tiene libre, el Director abre la única puerta al final del pasillo, y entramos a un salón extraño.

Estado Larval

A él nunca le agradó ser el mejor. Las felicitaciones, los aplausos, las palmadas en la espalda, esas extrañas muestras de admiración siempre le resultaron incómodas e insoportables.

Él quería ser simple, él envidiaba a los débiles, a los tontos.

Siempre fue el mejor, sin hacer mucho esfuerzo. Y no solo en un solo sentido: era el mejor en las clases, el que más destacaba en los deportes, el más talentoso en las artes. Eso sí, nunca tuvo muchos amigos, siempre estuvo solo.

- El sentido de pertenencia se desarrolla cuando uno es pequeño, cuando tiene un grupo de amigos con los que pasa mucho tiempo. Yo nunca tuve ese grupo de amigos.

El Candelabro Guía

Decidí que era hora de cambiar de hábitos.

Que ya no me iba a quedar en casa todo el tiempo.

Siempre me dijeron que los caminos del campo son hermosos de noche. Que las estrellas se pueden ver con mucha más nitidez que en la ciudad, que incluso puedes ver estrellas que usualmente no ves debido al smog de la gran urbe. Y que la luna es tan brillante que puede iluminar el camino que tomes, haciendo innecesarias a las linternas y lámparas.

Espejos

- Llevas un buen rato yendo de un lado para otro dentro de esta casa, ¿qué sucede? ¿Perdiste algo?
- No, solamente busco un espejo.
- No lo vas a encontrar. No tengo espejos en mi casa.


Me paré en seco. Estoy visitando a mi tío luego de unas semanas del entierro de su hija menor, Anestesia, gracias a que mi madre me mandó a dejarle un recado. Ya es hora de irme, prometí encontrarme con mis amigos, pero antes de salir a la calle necesito de un espejo para arreglarme.

Anestesia - Esperanza

Mi tío David siempre fue uno de esos hombres enigmáticos y caprichosos, el incomprendido de la familia, el que se quedaba sentado a un lado en las reuniones familiares. Su casa asemejaba un laberinto de habitaciones, la mayoría de ellas vacías o con un mueble. Casi no recibía visitas debido a su extraña forma de ser y a lo surrealista de su hogar.

Se casó con una mujer casi tan extraña que él, que falleció mientras daba a luz a su segunda hija.

Su hija mayor se llamaba Esperanza, y la menor, Anestesia.

Conejo cocodrilo

- Tienes que estar orgulloso de lo que eres, y no desees en ningún momento cambiar tu naturaleza.

El anciano se sienta a mi lado.

- No tengo problemas con eso. Acepto quien soy, nunca quise ser otro.
- Si estuvieras en lo cierto, no estarías aquí.

Me quedo callado. El salón en el que estamos sentados se va llenando de niebla. El respaldar de la silla se desvanece y parece que el suelo está temblando.

Antes de que pueda gritar veo que el viejo sostiene un remo y me hace un gesto de silencio, con el índice sobre sus labios. La niebla se disipa un poco. Ahora estamos navegando en un río. Sus aguas son oscuras y hay varias ramas flotando en él. A lo lejos, en las orillas, veo una densa vegetación, de la que provienen el sonido de varias aves que no logro identificar.

Reloj

Él atesoraba mucho un reloj.

Uno de esos relojes antiguos que los caballeros de antaño colgaban de sus chalecos gracias a una larga cadena.

No es raro atesorar un artefacto así. Un reloj de bolsillo es talvez la única invención humana que combina arte y ciencia.

Pero lo extraño era que el reloj llevaba ya muchos años completamente roto.

La tapa apenas se sostiene al cuerpo mediante una pequeña y oxidada bisagra, la parte posterior es un mapa de rayaduras y el aro que le da la forma a todo el reloj hace tiempo que dejó de ser un círculo completo. Del brillante cristal que protegía los números y las manillas solamente quedan unas astillas. El fondo blanco del mismo reloj está amarillo y a medias cubierto de esas manchas negras que les salen a las cosas cuando empiezan a envejecer en desuso.

Plumas

Despierto con una extraña sensación de pesadez en todo el cuerpo. Estoy en mi cama, pero vestido con la misma ropa con la que salí anoche. Al revisarme encontré una pluma en mi polo. Y luego otras dos en mis pantalones.

¿Dónde se me pegaron?

No se dónde estuve anoche. Desde que vivo solo, todo ha sido tan confuso.

Veo las plumas con más detenimiento. Son blancas, pequeñas y muy suaves. No son plumas de paloma, ni de loro, ni de periquito. Son las plumas del relleno de un adredón. Pero yo nunca he tenido un edredón así.

Lo último que recuerdo de la noche anterior es estar sentado en la barra, bebiendo un vaso de cuba libre mientras observaba a la gente entrar y salir del local. No recuerdo que nadie se me acercara, ni que nadie se sentara a mi lado. No recuerdo ni siquiera cuánto gasté anoche.

Madrugando

Es la enésima vez.

Algo siempre me atrasa.

Un detalle que no puedo dejar en el aire, una canción que necesito descargar, un artículo que necesito volver a leer.

Miro el reloj y son las 10 de la noche.

Es inevitable, estoy peleado con la cama e intento justificarlo sin éxito. Es una de las cosas más absurdas de mi vida. Tener una cama cuando prácticamente no duermo. Frazadas, sábanas y una colcha que se sienten frustradas, inútiles. Son buenas, cómodas, abrigadoras. Pero a pesar de todo eso no me siento atraído por la idea de dormir entre ellas.

La gran H

- ¿Sabes qué tienen en común un hereje de los tiempos de la Inquisición, una prostituta londinense de finales del siglo XIX, un judío en la Europa de los años 40 y un poblador de la zona centro de nuestro país en los años 80?
- ¿Los tres se llamaban Elías o algún otro nombre de origen judío?
- No.
- ¿Los tres corrían el riesgo de ser acusados falsamente por un vecino, alguien de confianza o incluso un amigo?
- No, pero te vas acercando.
- Nunca fui bueno para tus acertijos históricos.
- Los tres vivían el sentimiento llamado "horror".

El Santo y el Pecador

En algún momento, que pudo haber sido hace cinco siglos o la semana pasada, un santo y un pecador coincidieron en un cruce de caminos. Como ambos estaban hambrientos y cansados, decidieron detener su andar por unos momentos para compartir algo de comida y bebida y quizás una buena conversación.

El santo torció el rostro al probar el fuerte licor que el pecador llevaba consigo, y el pecador encontró insípido el pan ácimo que el santo cargaba para el viaje.

Con la sed y el hambre todavía insatisfechos conversaron sobre política, arte, comida y repitieron esos tres temas hasta que ya no superion qué decir, y se quedaron en silencio. Hay que ser honestos, que entre santos y pecadores no se pueden hablar de muchas cosas.

Si tienes un motivo...

- Si tienes un motivo, no lo hagas.

Más de veinte años puestos en suspenso, dependiendo de esa extraña sonrisa en su rostro. Una conversación de toda una vida resumida en una sola frase.

- No entiendo, explícate.
- Es simple, deberías entenderlo al oírlo. Si tienes un motivo, no lo hagas.


No puedo evitar inclinar mi cabeza hacia un lado. Simplemente no lo entiendo. Siempre se me dijo que cada vez que tomara una decisión, por pequeña que fuera, lo haga pensando en el objetivo que busco alcanzar al tomarla. Que nunca actuara sin motivo, sin razón alguna o sin siquiera el simple deseo de hacerlo. Y ahora todo eso se va al tacho de los conceptos.

Man of a Thousand Faces


- No quiero herirte.

- Descuida, sé que no lo harás.


La hoja del cuchillo se clava profundamente en el pecho de la persona de gris. Ninguno de los dos deja de sonreírle al otro.

Y después...

Los laberintos
que crea el tiempo
se desvanecen.

(Solo queda
el desierto)

El corazón,
fuente del deseo,
se desvanece.

(Solo queda
el desierto)

La ilusión de la aurora
y los besos,
se desvanecen.

(Solo queda
el desierto.
Un ondulado
desierto)

Federico García Lorca

Motivos

- Soy lo que hago, los motivos ya no importan.

Su voz casi no cambia, suena tan grave y aplanada como siempre. Me mira a los ojos por un instante antes de darme la espalda y empezar a caminar hacia una salida. Lejos de este lugar, lejos de todo.

No es la primera vez que lo escucho decir eso como justificación a sus acciones. Puedo decir que estoy acostumbrado a recibir esa respuesta al menos una vez cada semana. Excepto en Semana Santa, que es el tiempo en el que él se queda callado y no intenta justificar nada.

Créditos

Antes de empezar a postear, quiero cumplir con mi palabra y agradecer profundamente a dos grandes artistas del Deviantart:

Yuumei, por permitirme utilizar su obra "Wolves of Moon and Sun" como imagen de perfil.
Culpeo-Fox, por permitirme utilizar un fragmento de su obra "Ulurare" como encabezado del blog y "Wykeham Thousand Eyes" para el fondo del blog.

Espero que se puedan dar un salto por sus galerías para apreciar su arte, y si están con ánimos, comenten tanto sus perfiles como sus obras.

Y agradecimientos aún más especiales a Lex RedKills por echarme una mano editando las imágenes antes mencionadas y armando el diseño del blog.

Entrada de Prueba

Jasón y Medea, vamos, no se me ocurren otras dos personas en este mismo instante. Hubiera dicho "Ulises Y Penélope", pero ya están algo trillados. Además que el Complejo de Medea es más interesante que el Complejo de Penélope. Al menos el primero suele ocupar más primeras planas en los diarios que el segundo.