Si tienes un motivo...

- Si tienes un motivo, no lo hagas.

Más de veinte años puestos en suspenso, dependiendo de esa extraña sonrisa en su rostro. Una conversación de toda una vida resumida en una sola frase.

- No entiendo, explícate.
- Es simple, deberías entenderlo al oírlo. Si tienes un motivo, no lo hagas.


No puedo evitar inclinar mi cabeza hacia un lado. Simplemente no lo entiendo. Siempre se me dijo que cada vez que tomara una decisión, por pequeña que fuera, lo haga pensando en el objetivo que busco alcanzar al tomarla. Que nunca actuara sin motivo, sin razón alguna o sin siquiera el simple deseo de hacerlo. Y ahora todo eso se va al tacho de los conceptos.

- Lo siento, creo que me sobrestimas. Sencillamente no lo entiendo.
- Ponte a pensar, pequeño. Toda tu vida actuando sin vivir el presente, pensando siempre en el futuro, en las consecuencias de tus actos; o en el pasado, en el trasfondo de tus decisiones. ¿Y has llegado a algún lado? No te veo feliz, por ningún lado. Aunque empezara a dar vueltas alrededor tuyo, estoy seguro de que no encontraría alguna pizca de felicidad en algún lado...
- Puede que no sea "feliz" desde tu punto de vista...
- No solamente desde mi humilde punto de vista, pequeño, sino desde cualquier punto de vista. Y asegúrate de permanecer callado hasta que termine de explicarte esto, me haces perder la hilación.

Con una serie de movimientos elegantes se apoltrona en su sillón mientras respira profundamente. Está viejo, está cansado. Lo conozco desde que está así, y ya van más de 8 años. Es como si su cansancio fuera permanente.

-¿Sabes? Tomaría el tiempo que va a durar esta explicación, pero no tendría sentido. Como sea, en resumidas cuentas te puedo decir que cuando uno actúa motivado por algo, no lo disfruta, no vive el momento. Tiene la mente demasiado ocupada en calcular las consecuencias, en pensar cuánto lo acerca su acto a su objetivo o meta. Por el contrario, cuando actúas como movido por el viento, sin motivos ni razones, lo disfrutas todo. Porque no tienes que poner tu mente en el futuro o en el pasado. Solamente tienes que vivir el momento, nada más. Los que actuamos de esta manera tenemos una vida más feliz , más saludable, despreocupada, libre. ¿Ahora lo entiendes?
- Entiendo que si actúo como tu dices, me convertiría en una especie de marioneta. Iría de un lado a otro sin desearlo realmente.
- Control. Tus problemas siempre se han originado en el control, pequeño. Desde que eras un niño fuiste así. Tus juguetes favoritos siempre fueron marionetas y títeres, o en su defecto muñecos. Objetos que pudieras controlar con tus minúsculos dedos. Veo que no has cambiado. Pero ahora no buscas controlar a otros, solamente buscas controlarte a tí mismo.
- Un hombre sin control no es más que un mono con pulgares.
- El control es una ilusión, ¿sabes? Porque para controlar algo primero debes conocerlo. Sin conocimiento, no hay control. Y sabes mejor que nadie que uno nunca llega a conocer algo del todo. Ni siquiera a uno mismo.
- Creo que nos estamos desviando del tema, y el tiempo apremia.
- Cierto, ya es tarde. Y tú odias que tu agenda se modifique, ¿verdad? Temes que esos hilos con los que mueves tu propia vida se rompan. Tu agenda es como el control de una marioneta, y esa marioneta eres tú.
- Nunca entenderé la razón del cambio de directivas. Hasta hace unos meses las cosas eran completamente distintas...
- Pues puede que estés empezando mal. Debes tener muy en cuenta que hay cosas que no tienen sentido, así que es una completa pérdida de tiempo explicarlas. Desde ahora te sugiero que vivas el momento, ¿vale? Simplemente vive cada instante con intensidad, no pienses tanto. Lo harás, ¿si?
- Podría ser.

Bajo la mirada, es lo que hago cuando me proponen algo a lo que no puedo negarme directamente. El silencio se hace tan intenso que escucho el tic tac del reloj del primer piso.

- Veo que vas a tardar un buen rato en asimilar lo que te dije antes.
- Parece que así será.
- Entonces ya vete. Ésta no es una sala de asimilación mental. Ve a rumiar tus ideas a otra parte.
- Vale, hasta la próxima.

El viejo solo mueve un poco la mano antes de volver a clavar la mirada en sus lecturas.

Desde hace un tiempo creo que ya está ciego y que tiene los libros abiertos delante suyo solo para aparentar, para completar esa imagen de "anciano sabio".

No hay comentarios:

Publicar un comentario