No fue fácil entrar. Tuve que observar al "villano" durante días, anotar sus entradas y salidas, así como la rutina de su esposa y sus tres ayudantes.
Ahora uno de sus ayudantes me ha dejado entrar. O, mejor dicho, lo he convencido de dejarme entrar. Un hermano suyo está internado en Qenqoro, y le he ofrecido algo de ayuda para mejorar su situación, a cambio de permitirme buscar un libro de mi propiedad en la colección del dueño de casa. Me advirtió, en voz muy baja, que sólo tendría unos quince minutos, que el señor ya llegaría. Y que dejaría la puerta abierta, para que pudiera salir. Luego desapareció en lo profundo de los pasillos.
Introducción a Type-Moon
Type-Moon es una empresa de video-juegos japonesa. Se especializa en las llamadas "novelas visuales", juegos parecidos a los de rol, en los que el jugador se convierte en un personaje determinado y va por la trama, tomando decisiones que afectan la forma cómo la historia termina.
Su co-fundador y director, Kinoko Nasu, es terriblemente bueno escribiendo historias y creando personajes. Si bien casi todas sus historias están impregnadas de erotismo y escenas algo fuertes, lo principal en ellas son los temas filosóficos que toca en profundidad: la concepción del universo, la inmortalidad, el heroísmo, la humanidad.
Lo que las cadenas de esmeralda aprisionan
- Así que estaba en lo cierto.
Mi captor gira sobre sus talones a mirarme, sin dejar de jalar de la soga con la que me tiene amarrado.
- ¿Con qué cosa?
- Santa Ana juega un papel esencial en tu plan.
- Cierto, por eso te saqué del juego cuando te acercaste demasiado, aunque veo que no lo logré del todo.
- De todos modos nunca habrían pensado que apuntarías tan alto. Utilizar la misma iglesia de este barrio es muy arriesgado de tu parte.
- No cuando tienes contactos en las dependencias indicadas, o el dinero necesario para comprar a un par de funcionarios. Ya sabes cómo funcionan las cosas aquí.
Estamos debajo de la iglesia que mencioné hace un rato. Entramos por la puerta de la sacristía, como nada en el mundo. En pocas palabras, nadie repara en un sujeto llevando a otro con una soga atando sus manos.
Mi captor gira sobre sus talones a mirarme, sin dejar de jalar de la soga con la que me tiene amarrado.
- ¿Con qué cosa?
- Santa Ana juega un papel esencial en tu plan.
- Cierto, por eso te saqué del juego cuando te acercaste demasiado, aunque veo que no lo logré del todo.
- De todos modos nunca habrían pensado que apuntarías tan alto. Utilizar la misma iglesia de este barrio es muy arriesgado de tu parte.
- No cuando tienes contactos en las dependencias indicadas, o el dinero necesario para comprar a un par de funcionarios. Ya sabes cómo funcionan las cosas aquí.
Estamos debajo de la iglesia que mencioné hace un rato. Entramos por la puerta de la sacristía, como nada en el mundo. En pocas palabras, nadie repara en un sujeto llevando a otro con una soga atando sus manos.
Sólo Luces (parte II)
Me lleva un buen rato recuperar el aliento e intentar ponerme de pie.
Una mano algo arrugada y muy seca me ayuda a levantarme.
El Director me sonríe. Su oficina se ve más oscura de lo habitual, y afuera el campus del Instituto brilla débilmente.
Mientras termino de componerme, el Director camina hacia su sillón, detrás del escritorio, y se sienta muy tranquilamente.
La verdad, esperaba una reacción más hostil.
- Estás sorprendido, pero no por la razón que debería sorprenderte.
- Ya estoy acostumbrado a las cosas raras de este lugar. Me sorprende su reacción.
- ¿Qué esperabas?
Una mano algo arrugada y muy seca me ayuda a levantarme.
El Director me sonríe. Su oficina se ve más oscura de lo habitual, y afuera el campus del Instituto brilla débilmente.
Mientras termino de componerme, el Director camina hacia su sillón, detrás del escritorio, y se sienta muy tranquilamente.
La verdad, esperaba una reacción más hostil.
- Estás sorprendido, pero no por la razón que debería sorprenderte.
- Ya estoy acostumbrado a las cosas raras de este lugar. Me sorprende su reacción.
- ¿Qué esperabas?
Cataratas Violetas
- No creo que en esta zona hallemos lo que estamos buscando.
- Te dije que los mapas no siempre revelan el territorio.
Si bien debería estar viendo al viejo directo a los ojos mientras hablamos, su montura me parece más interesante. Es un burro ciego que sólo camina hacia donde señala el dedo de su jinete. Cansino y lento, desde que salimos de la ciudad. Ni siquiera pude ver de dónde salió. ¿Acaso el viejo lleva pokébolas en sus pantalones?
- ¿Quieres ver lo que sucede cuando señalo con más de un dedo?
- No creo que...
El anciano no me escucha y estira dos dedos más hacia adelante, el medio y el anular. El burro empieza a correr bastante rápido, antes de detenerse intempestivamente.
- ¡Creo que ya encontré el lugar!
- Te dije que los mapas no siempre revelan el territorio.
Si bien debería estar viendo al viejo directo a los ojos mientras hablamos, su montura me parece más interesante. Es un burro ciego que sólo camina hacia donde señala el dedo de su jinete. Cansino y lento, desde que salimos de la ciudad. Ni siquiera pude ver de dónde salió. ¿Acaso el viejo lleva pokébolas en sus pantalones?
- ¿Quieres ver lo que sucede cuando señalo con más de un dedo?
- No creo que...
El anciano no me escucha y estira dos dedos más hacia adelante, el medio y el anular. El burro empieza a correr bastante rápido, antes de detenerse intempestivamente.
- ¡Creo que ya encontré el lugar!
Sólo Luces (parte I)
Estamos caminando directo hacia las grandes puertas del Instituto. Hasta hace unos minutos estábamos sentados en la Cafetería, como casi todas las tardes, discutiendo sobre cosas sin sentido. De a pocos la conversación terminó girando en torno al Instituto mismo, sobretodo debido a algunas observaciones mías, como las estrellas que a ratos están y luego no están o la extraña noción del tiempo de los profesores y el Director.
Eventualmente, lo convencí de poner a prueba una de mis teorías: lo que hay fuera del Instituto. Si bien hemos salido de este lugar algunas veces, las salidas nunca empezaron hasta después de pasada la media mañana y siempre terminaron antes de que oscureciera.
Eventualmente, lo convencí de poner a prueba una de mis teorías: lo que hay fuera del Instituto. Si bien hemos salido de este lugar algunas veces, las salidas nunca empezaron hasta después de pasada la media mañana y siempre terminaron antes de que oscureciera.
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